Ciertos síntomas de la menopausia, como los sofocos, son indicadores de riesgo cardiovascular, como lo es también la presión arterial alta durante el embarazo, según un nuevo estudio, publicado en la revista ‘Menopausia’.

Los trastornos hipertensivos del embarazo (HDP), como la hipertensión gestacional y la preeclampsia, son bien reconocidos como predictores específicos de las enfermedades cardiovasculares en las mujeres, su principal causa de muerte Los investigadores sostienen que estas mujeres corren mayor riesgo de padecer hipertensión crónica, diabetes, enfermedad de las arterias coronarias, accidente cerebrovascular y muerte cardiovascular temprana. Y sugiere que también pueden estar en riesgo de tener síntomas de menopausia más molestos, incluyendo sofocos.

No saben por qué

A pesar de que tanto el HDP como los sofocos están vinculados a las enfermedades cardíacas, se han realizado pocas investigaciones para relacionarlos.

Los investigadores de este nuevo estudio, en el que participaron casi 2.700 mujeres, afirman que al comprender la conexión entre el HDP y los sofocos, podrían ayudar a los médicos a identificar mejor mujeres con mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y a intervenir con estrategias de tratamiento eficaces.

El trabajo concluyó que las mujeres con un historial de HDP experimentaban síntomas de menopausia más severos en comparación con las mujeres sin historial de HDP o con las mujeres sin embarazo.

En un análisis más detallado, los investigadores encontraron además que las mujeres con HDP que usaban terapia hormonal tenían síntomas totales de menopausia significativamente más altos que las mujeres sin ese historial.

“Este gran estudio transversal muestra un vínculo entre los trastornos hipertensivos del embarazo y los síntomas de la menopausia, ambos exclusivos de las mujeres y predictivos del riesgo de enfermedades cardiovasculares en el futuro. Se necesitan estudios futuros para determinar si estos riesgos son aditivos para informar mejor el desarrollo de modelos más precisos para la predicción del riesgo cardiovascular en las mujeres y las estrategias para la reducción del riesgo”, explica la líder del estudio, Stephanie Faubion.